Zapata

Porfirio y los “científicos” llenaron sus bolsillos de rencor
Corrieron los deslindes y en el polvo la comunidad ardió
Industrias por el cielo, inversiones y pujante explotación.
El veinte de noviembre Maderistas levantaron su fusil
Zapata, Orozco y Villa cada uno por su reivindicación
Ese caudillo de el sur ya firmaría como tierra y libertad
El plan de ayala lleva su mensaje con la misma eternidad

No pararé, ya cargué mi fusil
Hasta ver otra vez
Cada pueblo surgir
De las armas, al alma.
Lo que el virreinato ya designó
Y la ley de Lerdo desbarató
Sobre As de oros recobraré
A traición y muerte no temeré

Mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado
Y al pueblo campesino le devuelven lo que le fue arrebatado
Él no quería tierras ni dinero por su reivindicación.
Con pocas municiones y carranza por el norte despiadado
Creyó en los gonzalistas y a la hacienda chinamecas fue confiado
Al toque de clarines los traidores dispararon a matar
Se dice que zapata aún cabalga junto a la revolución.